El
Síndrome Post-aborto:
¿Por qué se diagnostica menos que lo que se debería?
Por el Dr. Pablo Verdier, Psiquiatra
¿Por
qué se tarda tanto en diagnosticar?
Según mi
experiencia, la mayoría de las pacientes que se han practicado abortos son
solteras y jóvenes. El SPA no está influenciado por factores culturales, sino
por la naturaleza femenina, que es similar en todas las mujeres
independientemente de su religión, nacionalidad o posición social. En mis
pacientes he visto síntomas típicos del SPA tales como culpa, recuerdos del
pasado, pesadillas, depresiones, angustia, intentos suicidas y ruptura de
relaciones.
Como sabemos
todos los doctores, ningún médico puede diagnosticar una enfermedad que no
conozca. Así sucede con la mayoría de mis colegas. No se conoce el Síndrome
Post Aborto (SPA) entre los psiquiatras y psicólogos del Uruguay o de Latinoamérica
en general, precisamente porque nadie lo ha enseñado en la universidad.
Una segunda
razón por la que no se oye hablar del síndrome post aborto, es porque los
libros que utilizan los estudiantes en Latinoamérica son traducciones de
ediciones norteamericanas, y al estudiarlos no se encuentra ninguna mención de
las consecuencias del aborto. Como en lo que concierne a la ciencia, lo que
llega de los EE.UU. es "la última palabra", y como ni siquiera se
menciona el SPA en las ediciones norteamericanas, significa para la mentalidad
latinoamericana que éste realmente no existe.
La negación
por la paciente de las implicaciones del aborto en los trastornos emocionales o
psicológicos que sufre es quizás otro de los factores que hace tan difícil
que un médico no informado diagnostique el SPA. Es por ello que, tras someterse
a la psicoterapia del síndrome post aborto, es la mujer la primera sorprendida;
casi todas mis pacientes me dijeron que nunca se habían imaginado el tormento
emocional y la cantidad de angustia que inconscientemente negaban; ellas
descubrieron el verdadero daño psicológico que produce el aborto.
Por otro lado
he comprobado que las mujeres que tienen trastornos de la personalidad se
practican más abortos. Quizás sea éste el tercer motivo por el cual el SPA
ha tardado tanto en llegar a ser reconocido como una enfermedad en sí misma.
El aborto parece ser uno más de los sucesos disfuncionales en la vida de las
pacientes que padecen trastornos de personalidad. Se podría decir, entonces,
que el aborto sería un síntoma más (si se le toma en cuenta), de todo el desajuste
mental.
Criterios
para diferenciarlo de un trastorno de la personalidad
Por esta razón
me gustaría sugerir ciertos criterios que ayudarán a establecer la diferencia
entre una mujer que antes del aborto era psicológicamente normal, y otra que ya
sufría un trastorno de la personalidad. Es importante hacer esta distinción
porque es preciso saber cuándo derivar a una mujer a un psiquiatra o psicólogo,
y cuándo le puede ayudar una persona que no es un profesional de la medicina.
Brevemente
podemos decir, que la vida de una persona que tiene un trastorno de la personalidad
está llena de sucesos que muestran desajustes. Además del aborto, otros
comportamientos disfuncionales podrían ser: intentos de suicidio, frecuentes
cambios de trabajo, imposibilidad de mantener relaciones íntimas normales, promiscuidad
sexual, alcoholismo y otros tipos de adicciones, agresividad hacia
sí mismo y hacia los demás, problemas con las autoridades y muchos más. Cuando
aparece este tipo de cuadro, la persona que aconseja a la mujer que abortó podrá
discernir en una o dos sesiones, que ésta lleva una vida inestable. La función
del consejero es entonces, referir a la paciente a un profesional para que trate
su trastorno mental.
Sin embargo,
un factor que complica el proceso para referirla al profesional es que
probablemente el profesional no sea consciente o no quiera aceptar el hecho de
que el aborto agrava el trastorno mental existente, y si no se trata el dolor
que el aborto produce, la cura del trastorno mental es imposible. Para resolver
esto, el consejero debe intentar influenciar al profesional competente pero no
informado, a través del diálogo y utilizando materiales educativos. Debe
ayudarle a comprender lo psicológicamente dañino que es el aborto.
La
psicoterapia ayuda, pero no lo es todo
El último
punto en este informe se relaciona con la terapia. La terapia cognitiva y la
de visualización dirigida han demostrado ser técnicas terapéuticas muy útiles.
Pero la psicoterapia, por sí sola, no puede llenar todos los requisitos del
paciente que está sufriendo. Como me dijo una paciente al llegar al final de
su tratamiento, "la psicoterapia me dio claridad de ideas, la confesión
me trajo la paz". La psicoterapia y la confesión, ambas son necesarias
pero diferentes, cada una tiene su propio lugar.
Nota: Tomado del artículo "El aborto y síndrome post aborto en el
Uruguay". El Dr. Verdier, Psiquiatra en práctica privada, trabaja con el
Centro Nacional de Planificación Natural de la Familia en Montevideo y es
consejero del programa post aborto. Este artículo se basó en una ponencia
presentada por el Dr. Verdier, en el congreso nacional sobre post aborto,
celebrado en Milwaukee, Wisconsin junio de 1992.
Fuente: www.vidahumana.org